Un estudio de los NIH no demuestra que el calcio aumente el riesgo de DMAE

Un estudio de los NIH no halla pruebas de que el calcio aumente el riesgo de DMAE

Entre los alimentos ricos en calcio se encuentran la leche, el yogur y el queso, así como fuentes no lácteas como la col rizada, las judías blancas y las semillas de sésamo. NEI

Seguir una dieta rica en calcio o tomar suplementos de calcio no parece aumentar el riesgo de degeneración macular asociada a la edad (DMAE), según las conclusiones de un estudio realizado por científicos del Instituto Nacional del Ojo (NEI). La DMAE es una de las principales causas de pérdida de visión y ceguera entre las personas mayores de 65 años en Estados Unidos. Los resultados del estudio se publican en JAMA Ophthalmology.

Los resultados contradicen un estudio anterior que indicaba que los niveles elevados de calcio se asociaban a una mayor prevalencia de DMAE, pero son coherentes con otro que sugiere que el calcio tiene un papel protector en la DMAE.

"Aunque los resultados sugieren que una ingesta elevada de calcio puede ser protectora, el jurado aún no ha decidido si las personas deberían modificar su ingesta de calcio para prevenir la aparición o la progresión de la DMAE", afirma la investigadora principal del estudio, la doctora Emily Chew, directora de la División de Epidemiología y Aplicaciones Clínicas y subdirectora clínica del NEI, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud.

"Estos últimos hallazgos no aportan pruebas de que sea necesario cambiar la gestión de la ingesta de calcio para las personas que ya lo toman por otras indicaciones médicas", señaló Chew.

Se calcula que el 50% de los hombres y el 65% de las mujeres de Estados Unidos consumen regularmente suplementos de calcio, que, además de fortalecer los huesos y los dientes, se utilizan habitualmente para prevenir y tratar la osteoporosis. Las cantidades diarias recomendadas de calcio son 1.000 mg para los adultos de 50 años o menos y 1.200 mg para los mayores de 50 años.

Chew y sus colegas investigaron la relación entre la ingesta de calcio, a través de la dieta y/o suplementos, y la aparición o progresión de la DMAE. Analizaron los datos de una investigación previa conocida como Estudio de Enfermedades Oculares Relacionadas con la Edad (AREDS, por sus siglas en inglés). Este ensayo multicéntrico de referencia, financiado por el NEI, evaluó una serie de nutrientes y sus efectos en la aparición y progresión de la DMAE y las cataratas.

Centrándose específicamente en el calcio, estos últimos hallazgos analizaron retrospectivamente a 4.751 participantes en AREDS que habían sido seguidos durante una media de 10 años. Los autoinformes sobre la ingesta de calcio se recopilaron mediante un cuestionario en el que se preguntaba por la frecuencia con la que se consumían alimentos ricos en calcio y si se habían tomado regularmente suplementos de calcio en el último año. Al inicio del estudio, los participantes no tenían DMAE, DMAE intermedia (grandes depósitos conocidos como drusas en la retina de ambos ojos) o DMAE en fase avanzada en un ojo.

A medida que los participantes envejecían, surgió una asociación entre la ingesta de calcio y la reducción del riesgo de DMAE. Las personas con mayor ingesta de calcio procedente de la dieta o de suplementos presentaban un menor riesgo de desarrollar DMAE en fase tardía, en comparación con las de los grupos con menor ingesta de calcio.

Chew subrayó que esta sugerencia de un beneficio del calcio podría deberse a factores de confusión. Por ejemplo, las personas que son conscientes de maximizar su ingesta de calcio pueden ser más propensas a seguir también una dieta saludable, hacer ejercicio y tomar los medicamentos prescritos, todo lo cual también podría reducir el riesgo de DMAE.

Y lo que es más importante, los hallazgos subrayan la necesidad de realizar investigaciones prospectivas para resolver la cuestión de si el calcio protege contra la DMAE y si la ingesta de calcio influye en el desarrollo de drusas o en los distintos subtipos de DMAE, señaló Chew.

Este estudio cuenta con el apoyo de los fondos del programa intramural y los contratos AREDS (Contrato NOI-EY-0-2127) del NEI.

Fuente: NIH.gov

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