Anciana asiática con gorro de lana y máscara de oxígeno para respirar tumbada en la cama de un paciente, concepto médico y sanitario de mujer mayor.

Un nuevo método prometedor para tratar la fibrosis quística

Los investigadores afirman que un medicamento antifúngico de uso muy extendido podría ser prometedor para el tratamiento de personas con fibrosis quística, un trastorno genético potencialmente mortal que provoca graves daños en los pulmones. En estudios realizados con células humanas y modelos animales, los investigadores descubrieron que el medicamento, denominado anfotericina, ayuda a las células pulmonares a funcionar de un modo que podría facilitar a los pacientes la lucha contra las infecciones pulmonares bacterianas crónicas que caracterizan a la enfermedad. Los resultados del estudio, financiado en parte por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, se publicarán en la revista Naturaleza. 

Si los estudios en humanos validan los hallazgos, el uso del fármaco podría ser una buena noticia para las más de 30.000 personas en Estados Unidos y 70.000 en todo el mundo que viven con fibrosis quística, una enfermedad sin cura y con pocas opciones de tratamiento. Resulta especialmente prometedor para un subgrupo de pacientes, en torno al 10% de las personas con fibrosis quística, que no responden a ningún tratamiento.

"La noticia realmente emocionante es que la anfotericina es un medicamento que ya está aprobado y disponible en el mercado", dijo Martin D. Burke, M.D., Ph.D., líder del estudio y profesor de química en la Universidad de Illinois en Champaign. "Creemos que es un buen candidato".

La fibrosis quística está causada por un defecto en un gen denominado CFTR (regulador de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística). Este gen produce normalmente una proteína que controla o canaliza el movimiento dentro y fuera de las células de materiales como la sal, el bicarbonato y el agua, todos ellos importantes para el funcionamiento normal de los pulmones. Sin embargo, en las personas con fibrosis quística, el gen defectuoso produce una proteína que a su vez es defectuosa, lo que provoca la acumulación de mucosidad ácida y pegajosa que no sólo obstruye los pulmones y dificulta la respiración, sino que también los hace vulnerables a las infecciones bacterianas.

Aunque actualmente se dispone de algunos tratamientos, son limitados porque cada persona tiene un tipo distinto de proteína mutada y porque el 10% de los enfermos de fibrosis quística no produce ninguna proteína. Pero la anfotericina, según Burke, tiene el potencial de funcionar independientemente del tipo de mutación, e incluso cuando falta la proteína.
  
"En lugar de intentar corregir la proteína o realizar una terapia génica (esta última aún no es eficaz en el pulmón), utilizamos una pequeña molécula sustitutiva que puede desempeñar la función de canal de la proteína ausente o defectuosa", explica Burke. Los investigadores llaman a este sustituto -la anfotericina- una "prótesis molecular", porque restaura la función de forma muy parecida a como lo hace una prótesis cuando sustituye a un miembro.

En sus estudios, los investigadores utilizaron tejido pulmonar de pacientes con fibrosis quística, así como modelos porcinos de fibrosis quística, y descubrieron que la anfotericina estimulaba una serie de cambios asociados a la mejora de la función pulmonar: restablecimiento de los niveles de pH, mejora de la viscosidad y aumento de la actividad antibacteriana, entre otros. 

Los investigadores observaron que la anfotericina puede administrarse directamente a los pulmones para evitar los efectos secundarios habituales. Advirtieron que se necesitan más estudios experimentales antes de que el fármaco sea seguro para tratar la fibrosis quística en personas. Pero los expertos se muestran esperanzados.

"La comunidad de fibrosis quística necesita realmente nuevas terapias para reducir la carga de esta enfermedad. Nos interesa ver cómo se comporta este posible tratamiento en los ensayos clínicos que se realicen en el futuro", declaró el Dr. James Kiley, director de la División de Enfermedades Pulmonares del NHLBI.

Este trabajo ha sido financiado en parte por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI grant HL091842) y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales (NIGMS grant 5R35GM118185). Ambos forman parte de los Institutos Nacionales de Salud. El estudio también contó con el apoyo de otras instituciones ajenas a los NIH. Si desea una información más completa sobre la financiación, consulte el artículo de investigación completo.

Fuente:  NIH

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