Un contorno del icónico rostro de Marilyn Monroe apareció en la película de plástico transparente cuando una investigadora la empañó con su aliento. Terry Shyu, estudiante de doctorado en ingeniería química de la Universidad de Michigan, estaba haciendo una demostración de una nueva etiqueta de alta tecnología para luchar contra la falsificación de medicamentos. Aunque los investigadores no imaginan estrellas de cine en los frascos de medicamentos, utilizaron la imagen de Monroe para probar su concepto.
Se cree que los medicamentos falsificados, que en el mejor de los casos contienen dosis erróneas y en el peor son tóxicos, matan a más de 700.000 personas al año. Aunque se cree que menos del 1% del mercado farmacéutico estadounidense son falsificaciones, se trata de un problema enorme en el mundo en desarrollo, donde hasta un tercio de los medicamentos disponibles son falsos.
Para luchar contra estas y otras formas de falsificación, investigadores de la UM y de Corea del Sur han desarrollado una forma de fabricar etiquetas que cambian al respirar sobre ellas, revelando una imagen oculta.
"Uno de los retos de la lucha contra la falsificación es la necesidad de adelantarse a los falsificadores", afirma Nicholas Kotov, catedrático de Ingeniería Química Joseph B. y Florence V. Cejka, que dirigió la iniciativa en Michigan.
El método requiere el acceso a equipos sofisticados que pueden crear rasgos muy diminutos, aproximadamente 500 veces más pequeños que la anchura de un cabello humano. Pero una vez creada la plantilla, las etiquetas pueden imprimirse en grandes rollos a un coste aproximado de un dólar por pulgada cuadrada. Es lo bastante barato para que las empresas protejan la reputación de sus productos y, potencialmente, la seguridad de sus consumidores.
"Utilizamos un proceso de moldeo", explica Shyu, señalando que esta técnica de fabricación barata también se emplea para fabricar vasos de plástico.
Las etiquetas funcionan porque un conjunto de diminutos pilares en la parte superior de una superficie oculta eficazmente las imágenes escritas en el material situado debajo. Shyu compara la textura de los pilares con la de un cepillo de dientes submicroscópico. Las imágenes ocultas aparecen cuando los pilares atrapan la humedad.
"Se puede comprobar que se trata del producto real con sólo una bocanada de aire", afirma Kotov.
Este sencillo fenómeno podría facilitar que los compradores no se dejen engañar por envases falsos.
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Fecha: 6 de agosto de 2014
Fuente: Universidad de Michigan
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